Hacer una pintura de calidad es como intentar cocinar un plato gourmet: el éxito de la comida dependerá mucho de la calidad de sus ingredientes. Por eso, si quieres fabricar productos de alta gama debes contar con materia prima que haga de tu producto final el más eficiente.
Aquí te dejaremos cinco consejos para que tu pintura alcance el nivel que tus clientes merecen:
Es el elemento fundamental de toda pintura ya que le otorga el color. Generalmente en pinturas se utilizan pigmentos sintéticos para alcanzar las tonalidades requeridas. ¿Y cómo se mide la calidad de un pigmento? Por su covering power o “poder cubriente” que, de acuerdo al Diccionario de la Técnica Industrial, se trata de la capacidad una pintura de ocultar completamente o cubrir una superficie.
Elegir un pigmento con un alto poder cubriente hará que tu producto no requiera tantas capas de aplicación, haciendo a tu pintura más rendidora.
El aglutinante es uno de los componentes principales de una pintura, ya que en él se integran todos los elementos que la conforman. Sabrás que escogiste el correcto si cumple con dos funciones fundamentales: fusionarse con el pigmento y otorgarle resistencia y textura a la mezcla.
Entre los fluidos más comunes utilizados como aglutinantes encontrarás: resinas, aceites y acetato de vinilo.
También están los aglutinantes sintéticos provenientes de los polímeros (poliéster y el poliuretano) que son muy utilizadas en ambientes industriales y el sector automotriz, ya que tienen una estructura flexible, resisten impactos y elevadas temperaturas.
Si quieres que tu producto alcance su máximo nivel, no te olvides de los aditivos: sustancias que se añaden a la mezcla para optimizar su formulación, mejorando las propiedades del pigmento o del aglutinante.
Entre la variedad de aditivos existentes, el dispersante figura como uno de los más importantes. ¿Por qué? Pues, impiden que los pigmentos se aglomeren o floten en la mezcla, evitando que se creen grumos en la pintura almacenada.
Los secantes son muy atractivos para los compradores de pintura ya que estos aditivos son catalizadores que tienen la capacidad de reducir considerablemente el tiempo de secado. Funcionan, en su mayoría, mediante la absorción del oxígeno, es decir, se activan cuando la pintura entra en contacto con el aire.
También llamados jabones metálicos o carboxilatos de metal, los secantes se clasifican en dos grupos que de acuerdo lo reseñado en el portal web especializado en química, Quiminet, son los siguientes:
Un secante de calidad no debería espesar la pintura ni generar sedimentos, por eso, a hora de escoger uno debes estar atento a que realmente cumpla con su función principal, sin entorpecer otras propiedades de la mezcla.
Tu pintura no puede estar completa si no utilizas un espesante celulósico. Este componente será el broche de oro de la mezcla, contribuyendo a que la pintura tenga mejor apariencia sobre las superficies, una aplicación más efectiva y una duración más prolongada.
El espesante celulósico debe ser capaz de controlar varios factores como: la viscosidad, el tiempo de envasado, el salpique, las marcas de brocha, la sedimentación, y la nivelación de las pinturas.
Por ello, el uso de éteres de celulosa en la actualidad es un requisito indispensable para elaborar productos de alta gama, especialmente cuando se trata de pinturas acuosas.
Si quieres saber más sobre espesantes celulósicos, aquí te mostramos cómo elegir el adecuado